El dilema de subrayar los libros.
A veces me cuestiono si me estás leyendo como leías
antes. De lejos y con miedo. Le tenías terror a enamorarte. Creo que leemos de
la misma forma en la que nos enamoramos. Mi amor es abrasivo y hasta un poco
invasivo. Escribo sobre tus márgenes y no uso regla cuando quiero subrayar una
frase que me llama la atención.
No uso colores para distinguir lo que anoto. Confío en
que mi futuro yo lo entenderá, aunque eso nunca pasa. Me enamoro así también.
Confío en que la Flor del futuro entenderá las razones por las cuales amé a las
personas. El problema es que después, cuando ya no las tengo cerca, no las
recuerdo.
Le tengo confianza ciega a un libro. Leería casi
cualquier cosa. Me pasa lo mismo con las personas. Por eso me gusta que leas
los libros que te recomendé y que me muestres que ahora en ellos existió
alguien que los leyó. Que, por un par de días, alguien los habitó.
Mira, ¿te gusta?
Resaltaste en rosa varios párrafos. Siento que me queres mucho más que antes. Me
encanta, te contesto. Así amas vos ahora, en brillantes tonos de rosa.
Comentarios
Publicar un comentario